La gestión de la lubricación es uno de los aspectos más vitales del mantenimiento industrial para lograr un funcionamiento eficiente de la maquinaria. Se trata de un campo con un gran potencial para el ahorro de costes, el incremento de la vida útil y una producción más eficaz.
Para gestionar la lubricación de una forma adecuada, Bureau Veritas Oil Condition Monitoring ofrece un servicio integral de consultoría en lubricación denominado “Lubrication Program Development”.
Servicio integral de consultoría en lubricación
El programa “Lubrication Program Development” -en adelante LPD-, tiene como objetivo la maximización de los beneficios de las propiedades de los lubricantes mediante la implantación de buenas prácticas y excelencia en lubricación.
El sistema LPD contempla el proceso de lubricación como una secuencia de etapas en las que intervienen personas, procedimientos y material auxiliar de lubricación de manera coordinada, con el foco puesto en alcanzar el objetivo principal: aportar valor agregado al mantenimiento y maximizar el retorno de la inversión de los activos.
Los objetivos del programa son alcanzados mediante el trabajo y mejoras en las siguientes áreas:
Formación del personal involucrado en la cadena de lubricación
Mejora de las tareas relacionadas con almacenamiento, manipulación y control de la contaminación
Diseño de procedimientos de lubricación y toma de muestra adecuados
Análisis de lubricante, control, seguimiento y acciones correctoras
Gestión, control e indicadores de lubricación
El programa impulsa la mejora de todas las tareas relacionadas con la lubricación y el lubricante y de manera paulatina genera estándares de trabajo que dirigen la transformación de la lubricación hacia un proceso de excelencia.
El programa está dividió en tres fases.
En la primera fase se determina el estado de la lubricación, así como el impacto económico de la lubricación en la planta industrial.
La segunda fase está orientada al diseño de ingeniería de lubricación de todas aquellas áreas donde existe necesidad y oportunidad de mejora. En ésta se detallan los recursos necesarios para alcanzar las buenas prácticas y la excelencia en lubricación.
Y por último, la tercera fase abarca la implantación de todas las recomendaciones de la fase anterior, la integración de toda la información generada con el sistema de gestión propio de la planta industrial y la formación al personal de operaciones y mantenimiento.
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