Establecer los objetivos es la clave para el éxito del programa de mantenimiento de una empresa. De esta forma, la empresa se asegura la obtención de información valiosa de sus activos de forma periódica y, así, poder medir sus progresos.
Cada empresa tiene muchas razones para establecer un programa de mantenimiento, pero por lo general, un programa de rige por dos principios: La seguridad y el coste.
La seguridad normalmente se refiere a evitar accidentes durante las operaciones diarias o durante los periodos de mantenimiento.
El coste, sin embargo, engloba subgrupos que incluyen la disponibilidad de los equipos, el control de tiempos de parada, la limitación de la cantidad de repuestos in situ y de la plantilla y por supuesto, reducir los costes de mantenimiento.
La pregunta gira en torno a ¿qué ensayos necesita realizar una empresa a cada uno de sus equipos?
Esta cuestión retorna a los conceptos de “seguridad y “coste”, ya que el programa debe anticiparse a los tipos de fallo más probables y debe ser rentable.
De este modo, el primer paso consiste en determinar cuánto piensa invertir una empresa en el programa y qué resultados espera obtener de cada determinado ensayo.
Existen multitud de documentos y casos de estudio que describen indicaciones generales de cuánto debería invertir en mantenimiento proactivo una empresa en función del tipo de industria a la que se dedique.
Aunque prácticamente cualquier empresa dispone normalmente de más de un equipo que debe tenerse en cuenta para el mantenimiento predictivo, es imprescindible determinar si un programa de mantenimiento proactivo es rentable y cumple las perspectivas de la empresa en términos de seguridad y coste.
Por lo tanto, las necesidades de cada equipo determinarán el tipo de programa a implantar y la inversión destinada al mismo.
