Claves para alargar la vida útil de los transformadores con la máxima fiabilidad

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Los transformadores constituyen un recurso vital en los procesos de generación, transporte, distribución y utilización de la energía eléctrica, por lo que, a pesar de la escasa atención que suelen atraer por parte de los responsables de mantenimiento, son un componente presente en las instalaciones industriales que demanda un cuidado específico.

El transformador es un equipo robusto y de un alto coste, cuya vida en condiciones normales de funcionamiento se puede alargar mucho más allá de la vida útil prescrita por el fabricante.

Sin embargo, se debe tener en cuenta que las condiciones tanto externas como internas pueden afectar en el transformador, y por consiguiente pueden provocar el acortamiento de la vida útil, generando defectos, fallos o incluso averías que, en algunos casos, pueden llegar a ser catastróficas, afectando a personas y bienes.

El coste de una parada no programada o de un suceso catastrófico, además de afectar a las personas y todo lo que ello conlleva, tiene repercusiones económicas y de imagen que pueden provocar un impacto gravísimo en la propiedad.

Mantenimiento frente a seguridad y salud

Por todo ello, es necesaria la planificación de actividades de mantenimiento en los transformadores con una doble finalidad: alargar la vida útil y conseguir que el equipo trabaje en condiciones de máxima fiabilidad.

En este sentido, se deben diferenciar dos actividades que pueden parecer confluyentes cuando en realidad son complementarias. Se trata de las actividades de inspección reglamentaria que realiza un Organismo de Control Autorizado (en adelante OCA) y la actividad de mantenimiento.

La actividad de inspección oficial se debe realizar por un OCA en plazos fijados en el RD 3275/1982 (al menos cada 3 años) y su objetivo es establecer las condiciones y garantías técnicas a las que han de someterse las instalaciones eléctricas de más de 1.000 voltios, con el fin de:

  • Proteger las personas y la integridad y funcionalidad de los bienes que pueden resultar afectados por las mismas instalaciones.
  • Conseguir la necesaria regularidad en los suministros de energía eléctrica.
  • Establecer la normalización precisa para reducir la extensa tipificación que existe en la fabricación de material eléctrico.
  • La óptima utilización de las inversiones, a fin de facilitar, desde el proyecto de las instalaciones, la posibilidad de adaptarlas a futuros aumentos de carga racionalmente previsibles.

A partir de junio de 2016 entró en vigor el nuevo RD 337/2014. Por lo tanto, las inspecciones que realiza un OCA en los trasformadores aseguran todos los aspectos de seguridad y salud, pero no son el medio para conocer el estado del equipo que ayude a alargar la vida útil y mejorar la fiabilidad del mismo. Los informes del OCA van a la administración, frente a los informes de diagnóstico, cuyo objetivo es la identificación de acciones para el departamento de mantenimiento.

Partiendo del hecho de que el transformador cumple con las condiciones de seguridad y salud, existen una serie de métodos para conocer el estado de un transformador.

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