La formación de barnices en motores: 3 causas frecuentes


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La formación de barnices puede producirse tanto en aceites que ya deberían haber sido sustituidos como en aquellos que en principio son aptos para estar en servicio.

El barniz es un material adherente oxidado o carbonoso que cubre las superficies internas del motor. Con el tiempo y/o temperatura estos compuestos maduran hasta formar unas sustancias consistentes, duras y brillantes.

En un aceite de motor la aparición de estos compuestos es incluso más compleja que en el resto de sistemas, porque aquí, además de la temperatura, catalizadores, etc. intervienen también productos de combustión, como combustible, carbonilla, agua, gases de cárter,…

Estas son las causas más frecuentes por las que se forman estos barnices:

1. Formación de barnices por entrada de aire

Cuando el aire entra en el motor se puede producir un fallo en el aceite. El envejecimiento y la contaminación con agua provocan una pérdida de la tensión superficial a lo largo del tiempo, quedando atrapadas las burbujas de aire. Cuando estas son de un tamaño suficientemente grande tienden a condensarse y se adhieran en las superficies. Inicialmente estos compuestos carbonosos, formados por el contacto con el aire, son algo similar a gomas pegajosas, pero con el tiempo maduran térmicamente y se convierten en películas de esmalte duras.

2. Formación de barnices por oxidación

Cuando el aceite se oxida, se forman numerosos compuestos por descomposición, incluidos los ácidos. Los productos primarios forman polímeros y otros compuestos de condensación de alto peso molecular. La viscosidad comienza a aumentar y los compuestos oxidados en suspensión comienzan a volverse insolubles en el aceite. En este punto es cuando se comienzan a formar los depósitos y lacas.

3. Formación de barnices por coquizado de la película de lubricante

En un motor de combustión interna existen diferentes zonas en las que se puede transferir la temperatura de las superficies metálicas al aceite. También se pueden producir zonas calientes por la alta fricción generada entre dos superficies en contacto, lubricación inadecuada y cargas/velocidades inadecuadas. Esto provoca un riesgo potencial de inflamación y coquizado. Como resultado se obtiene una formación de lodos y residuos carbonosos.

Los depósitos formados en las superficies de los motores interfieren en el funcionamiento normal de las partes en movimiento del motor. Además pueden contribuir al desgaste y corrosión, o simplemente al agarre de las superficies.

También pueden surgir otro tipo de problemas como el colmatado de filtros, ataque a las juntas, fallo en los cojinetes de bancada y desgaste en las zonas de combustión en el motor diesel.

El análisis del aceite juega un papel importante a la hora de controlar la limpieza y secado del aceite. Realizar una serie de ensayos debidamente seleccionados de manera regular es muy importante para hacer un seguimiento de los lodos y barnices.

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