Una de las principales exigencias que requieren las multiplicadoras es establecer cuándo hay que cambiar el aceite.
Uno de los parámetros, que se obtiene a través del análisis en laboratorio y que indica que se debe cambiar el aceite porque se está degradando, es el índice de acidez del aceite. Cuando éste alcanza un valor de “uno” sobre el valor del aceite cuando es nuevo, es cuando se debe cambiar. Este parámetro proporciona información valiosa y es un buen indicador para llevar a cabo un mantenimiento predictivo.
Otra posibilidad de conocer el estado del aceite de la multiplicadora es a través de la obtención de la vida remanente del aceite a través del control de los aditivos antioxidantes y mediante la técnica de voltamperometría.
Esta técnica proporciona datos de la vida remanente del aceite en pocos minutos. Se trata de una técnica proactiva y se aplica para controlar aceites de nueva generación en servicio.
A través del análisis conocido como RULER (Remaining Useful Life Evaluation Routine) se determina cuantitativamente la vida útil remante del aceite midiendo los niveles de aditivos antioxidantes presentes en el mismo.
La velocidad de desgaste de los antioxidantes en el transcurso del tiempo se monitoriza y se utiliza para predecir los intervalos apropiados de cambio de aceite, además muestra operaciones “anormales” del equipo antes de éste se estropee.
La frecuencia analítica recomendada es de seis meses. Mantener esta periodicidad permite poder establecer criterios claros de mantenimiento predictivo.
Finalmente, es importante llevar a cabo una correcta selección de los puntos de toma de muestras. Este es un factor crítico a la hora de estudiar la tendencia de los resultados y el análisis de las partículas en el aceite para saber cuándo hay que cambiarlo.