La formación de espuma y la retención de aire en el aceite son dos procesos que hay que evitar que ocurran en las multiplicadoras de turbinas para conseguir un funcionamiento óptimo.
Hay muchas causas que provocan la aparición de espuma y aire retenido, pero principalmente sucede debido a problemas mecánicos o debido al estado del aceite.
Un problema mecánico puede estar asociado a una excesiva agitación o a un bajo nivel de aceite. Sí la espuma desaparece rápidamente cuando la máquina se para, puede ser que exista un problema mecánico o se haya producido el agotamiento del aditivo antiespumante.
Para eliminar la espuma se deben tener en cuenta los siguientes factores:
- Método de llenado. El llenado de los depósitos es crítico. Es recomendable añadir el aceite con una manguera metida en el depósito para evitar introducir aire. Cuando se llena un depósito nuevo, el aire puede quedar atrapado en las zonas muertas, por lo que se debe hacer una purga. El procedimiento adecuado consiste en vaciar el tanque con una bomba de vacío y mantener el vacío mientras se llena el tanque.
- Programas de mantenimiento preventivo-proactivo. Las tareas de mantenimiento preventivo recomendadas son revisar empaquetaduras, juntas, inspecciones visuales, nivel de aceite y revisión de filtros. Además, conviene controlar la limpieza, eliminar la humedad, filtrar bien los aceites y retirar los contaminantes. Si a pesar de realizar unas buenas prácticas de mantenimiento persiste la espuma, se debe localizar la entrada de aire y eliminarla.
- Diseño de los tanques. El diseño de los tanques suele ser el factor que más contribuye a la espumación de los aceites. Entre los principales problemas cabe resaltar:
-Si la línea de retorno está por encima del nivel de aceite
-Si el tanque es pequeño
-El tanque debe tener una capacidad de entre 5 y 10 veces el caudal de la bomba ó en sistemas lubricados por salpique se recomienda 0,4 l/kw
-Si el nivel de aceite en el tanque está bajo
-Si las partes móviles introducen aire al sistema - Selección del lubricante. El aceite óptimo tiene que ser altamente resistente a la entrada de aire y no debería retener las burbujas después de que se formen. Los aceites que mejor obedecen a este modelo son los fluidos sintéticos y los aceites hidrofraccionados.
